Seguir el camino profesional del padre o la madre es muy habitual en cualquier profesión aunque en el deporte presenta algunas peculiaridades.
Por una parte, si tu padre ha sido una leyenda del deporte será muy difícil, por no decir imposible, llegar a su nivel y las comparaciones siempre serán odiosas.
Por otra, los hijos de grandes deportistas cuentan con la capacidad económica necesaria para disponer de los mejores entrenadores y medios para poder intentar llegar a ser una estrella.
Por no hablar de la genética y la capacidad física, en gran parte hereditaria. Con estos pros y estos contras, ha habido y sigue habiendo dinastías de padres e hijos en casi todos las disciplinas.
La mayoría de padres de niños deportistas son esos padres realmente útiles que se preocupan de la educación de su hijo y de si está aprendiendo cosas nuevas y pasándoselo bien.
Como vemos se trata de favorecer el desarrollo en nuestros hijos gracias a los muchos beneficios que aporta la práctica de deporte. Y todo ello se logra empezando por ser ellos mismos unos padres "deportivos", que les apoyen y practiquen el ejercicio siempre que sea posible.